Por Jenn Gidman
Imágenes de Elmer Escobar
El camino de Elmer Escobar hasta convertirse en fotógrafo de bodas empezó de la forma más irónica: Cogió una cámara para aliviar su corazón roto y distraerse después de que su novia rompiera con él. "No quería quedarme en casa revolcándome en la depresión, y mi hermano me recomendó que saliera a hacer algo que me gustara, así que empecé a hacer fotos por toda Nueva York, sobre todo de noche".
Un día, un amigo le pidió que le ayudara a fotografiar una boda, y ese trabajo le llevó a otro, y luego a otro. "Pronto me di cuenta de que eso era lo que quería hacer para ganarme la vida", dice Elmer, y añade que entonces estudiaba empresariales. "Sabía que si cambiaba de carrera y me aplicaba, tenía muchas posibilidades de ganarme la vida decentemente con esto".
Hoy en día, Elmer dirige TNK Photo, con sede en Orange County, California, y una parte inestimable de su bolsa de equipo es la Tamron 70-180 F/2.8 Di III VXD objetivo. "Probablemente he convencido a docenas de personas para que compren este objetivo", afirma. "Antes de este tenía el 70-200, que me encantaba, pero el 70-180 me da todo el alcance que personalmente necesito para fotografiar bodas y sesiones de compromiso, pero es tan ligero y compacto que llevarlo durante toda una boda o una sesión de pareja en un lugar remoto es factible durante horas."
Elmer dice que él y su equipo de TNK Photo son conocidos por sus imágenes que aprovechan a la perfección el poder de cualquier situación lumínica que se les presente. "Ese conocimiento de la iluminación, ya sea para saber cómo utilizar la luz natural que se nos da o a qué hora del día disparar, es lo que da a muchas de nuestras fotos un efecto dramático, cinematográfico, casi impactante", afirma. "En la mayoría de nuestras sesiones, tenemos asistentes que nos ayudan a iluminar la escena tal y como queremos".
70-180mm (142mm), F/2.8, 1/400 seg., ISO 400
Por ejemplo, cuando Elmer asiste a la feria WPPI de Las Vegas, suele visitar Dumont Dunes, adonde llevó a una pareja unos días después de su boda para una sesión única. "No hay mucha gente que pueda decir que se ha hecho fotos en un lugar así", dice. "Siempre consigo hacer fotos épicas. Para esta sesión en concreto, quería hacerla a primera hora de la tarde, cuando la luz es más suave, pero llegamos pronto y había mucha luz. Así que pensé en capturar una silueta de ellos para empezar. Les dije que se pusieran de pie, justo en el borde de la duna, luego corrí unos 60 metros hacia atrás y tomé la foto".
70-180mm (70mm), F/5, 1/6400 seg., ISO 100
Un mes y medio antes de la boda de esa pareja, Elmer los había llevado al lecho seco del lago El Mirage para una sesión de compromiso, y captó una foto que él califica de pura suerte. "Cuando el sol empezaba a ponerse, un coche atravesaba el lecho del lago levantando una tonelada de polvo", explica. "El sol atrapado en todo ese polvo era precioso, pero sólo tenía 30 segundos para trabajar. Hice algunas tomas de ellos alejándose y otras de ellos caminando hacia mí".
70-180 mm (104 mm), F/2,8, 1/2.500 seg., ISO 400
Cuando el sol se oculta bajo el horizonte en estos extensos paisajes, Elmer consigue fotos con un aspecto más sereno. "Cuando sale el sol, se ven líneas más duras en la arena, con mucho más contraste", dice. "Pero en la foto en la que la novia se contonea con su vestido se puede ver lo suave y ensoñador que es el paisaje, y cómo complementa sus atuendos. Lo único que no se aprecia en esta foto es el calor que hacía ahí fuera, incluso a esa hora del día. Ese vestido que llevaba pesaba unos 25 kilos, en lo que había sido un día a mediados de los 90. Esa es otra razón por la que intento fotografiar hacia el final del día, porque lugares como este pueden ser brutales cuando el sol está rondando".
70-180mm (119mm), F/2.8, 1/400 seg., ISO 160
A medida que cae el sol, Elmer juega aún más con la luz, y aquí es donde sus ayudantes resultan vitales. "La pareja a la que hice la silueta en la foto que has visto antes aún estaba en las dunas cuando el cielo adquirió ese brillo amarillo y las dunas ese tono violáceo", explica. "Los colores eran preciosos, pero quería que el foco de atención se centrara en los recién casados. Así que le pedí a mi ayudante que se pusiera cerca de ellos con una luz estroboscópica apuntándoles, como un foco, y luego simplemente lo eliminé con Photoshop. Siempre les digo a mis asistentes lo importantes que son en el proceso: no podría hacer fotos así sin su ayuda".
70-180 mm (97 mm), F/2,8, 1/100 seg., ISO 250
No todas las sesiones de Elmer tienen lugar en lugares que parecen salidos de Lawrence de Arabia. La pasada primavera, para una boda, Elmer se dirigió a Marina del Rey, donde hizo fotos más tradicionales, pero con un toque especial. "Por supuesto, hice algunos retratos convencionales, pero luego capturé lo que me gusta llamar las imágenes de la 'primera mirada', cuando el novio mira por primera vez a su novia mientras ella camina hacia él para pronunciar sus votos", dice. "En las bodas, el centro de atención suele ser la novia, como debe ser, pero también hay que captar las emociones del novio. Hay que percibir cómo se siente al ver por primera vez a su futura esposa vestida de novia. Ahí es donde el 70-180 resulta muy útil, porque puedo acercarme a esa emoción sin entrometerme ni hacer que se sienta cohibido. Él puede vivir el momento y yo puedo seguir haciendo clic para capturarlo".
70-180 mm (159 mm), F/4,5, 1/350 seg., ISO 100
70-180 mm (99 mm), F/3,5, 1/3000 seg., ISO 100
Para ver más obras de Elmer Escobar, visite https://tnkphoto.com.