Recientemente viajé a Perú para fotografiar y documentar las ciudades de Huaraz y Cusco, así como
como excursiones y cumbres cercanas. Como soy de Perú, intento visitarlo a menudo y seguir descubriendo distintas regiones. Desde las ruinas de Machu Picchu, a los colores de la montaña Arco Iris, a la cima de la montaña Pisco, las vistas son tan diversas que realmente necesitas darte tiempo para explorar. El objetivo clave para todo el viaje fue el TAMRON 35-150mm F/2-2.8 DI III VXD (modelo A058) para cámaras sin espejo de fotograma completo y montura E de Sony. Con su amplia gama focal y su rápida abertura, me proporcionó toda la flexibilidad necesaria para capturar desde paisajes hasta ciudades y personas.
Gran parte de lo que fotografié giraba en torno a amaneceres y puestas de sol, y poder disparar a F2 con un objetivo zoom fue increíble. No solo me permitía mantener un ISO bajo, sino que las fotos salían muy nítidas, incluso muy abiertas. Otra ventaja de este objetivo es su construcción. Su tamaño es comparable al de otros zooms F2.8, y su construcción es de alta calidad y resistente a la humedad. Esto significa que no tuve problemas para subir montañas rodeado de nieve o cuando empezó a llover.
Este objetivo también tiene una MOD (distancia mínima al objeto) de 0,33 m (13 pulgadas) a 35 mm, lo que fue estupendo para fotografiar de cerca las flores autóctonas que encontré. Esto, junto con una apertura de F2, me proporcionó una gran separación y unos fondos realmente suaves y de ensueño. En general, este objetivo es como tener varios objetivos de focal fija en uno. ¿150 mm a F2.8? No sabía que lo necesitaba hasta que empecé este viaje. Acabé disparando mucho así, sobre todo al capturar las montañas de cerca cuando se ponía el sol.
Otra agradable sorpresa fue el sistema de autoenfoque rápido. Con su motor lineal VXD (Voice-coil eXtreme-torque Drive), era totalmente silencioso, pero siempre rápido y preciso. Aunque no estaba fotografiando demasiada acción, me encontré con una llama corriendo a toda velocidad y algunos cóndores volando por encima, y no tuve ningún problema para capturarlos con el enfoque automático continuo y las ráfagas de alta velocidad. Como ávido excursionista y viajero constante, tener este objetivo a mano significa tener que llevar menos equipo. Puedo hacer retratos para un trabajo, paisajes durante una excursión e incluso mi cena en el interior de una cafetería poco iluminada. En resumen, un objetivo de alta calidad con una óptica increíble que no puede faltar en tu bolsa.