Las grandes fotografías de paisajes atraen literalmente al espectador hacia el paisaje. Objetivos ultra gran angular, como el 20 mm F/2,8 DI III Los OSD M1:2 (modelo F050) son la elección ideal para este género. Esta distancia focal graba el paisaje de forma natural con unas distorsiones mínimas. Por supuesto, lo mismo se aplica a las tomas arquitectónicas. En comparación con las distancias focales aún más cortas, necesito menos tiempo a la hora de corregir líneas colapsadas.
Me gusta trabajar con objetivos de focal fija, porque me obligan a elegir mi posición con mucho cuidado. No puedo simplemente girar el anillo del zoom para cambiar el encuadre de la foto, sino que tengo que actuar yo mismo. Así, el proceso fotográfico se vuelve más animado, ya que me plantea más retos y estimula mi creatividad.
Los objetivos de focal fija también ofrecen ventajas técnicas. Principalmente porque son pequeños, ligeros y compactos. Además, el 20 mm F/2,8 consigue una gran calidad de imagen y produce imágenes muy nítidas. También registra detalles impresionantes al hacer fotos con un diafragma abierto. Las aberraciones cromáticas apenas son un problema con el objetivo. En resumen, este objetivo me ofrece muchas ventajas para crear la imagen perfecta.
La distancia mínima al objeto del 20 mm F/2,8 es de sólo 11 cm, lo que es realmente fantástico para hacer primeros planos con perspectivas potentes y una profundidad espectacular. También aprecio el diámetro del filtro de 67 mm, que es idéntico para todos los objetivos de la serie. Por lo tanto, ya no necesito llevar diferentes anillos adaptadores para acoplar mis filtros a los objetivos.
Para mí, el 20 mm F/2,8 es un objetivo que encaja perfectamente en cualquier "colección de objetivos para Instagram". Con esto me refiero a objetivos inteligentes que están listos para llevar a cualquier parte y no son una carga para transportar. Gracias a su bajo peso y a su compacidad, acoplarlos a cámaras de sistema compactas hace que tomar fotos fantásticas sea aún más divertido.