Como fotógrafo de paisaje, reportaje y callejero, el equipo ligero es muy importante para mí. En la calle, quiero poder moverme rápidamente sin llamar la atención. Desde hace algún tiempo, prefiero hacer fotos con cámaras sin espejo de fotograma completo porque son más pequeñas y compactas. Parecen menos amenazadoras y no se me percibe inmediatamente como un fotógrafo profesional, lo que en muchas situaciones facilita la obtención de imágenes auténticas.
El nuevo 24 mm F/2,8 es ideal para este estilo de fotografía. Su gran ventaja es su ligereza y compacidad combinadas con la alta calidad de imagen. De hecho, los ingenieros han conseguido que sea tan compacto que puedo guardarlo bien incluso en el bolsillo de una chaqueta y ya no necesito recurrir a una mochila. Con este objetivo puedo trabajar con ligereza y rapidez en todos los sentidos.
Otra de las principales ventajas de este objetivo de focal fija es su excelente calidad de imagen. En cuanto a resolución y nitidez, el 24 mm F/2,8 satisface todas mis exigencias como fotógrafo profesional de paisajes y viajes. Incluso cuando se trabaja con un diafragma muy abierto, las imágenes son excepcionalmente nítidas y más detalladas que con un objetivo zoom. El rendimiento óptico del 24 mm F/2,8 es realmente impresionante. La gran apertura permite realizar tomas gran angular con un bonito desenfoque en el fondo y sujetos bien expuestos llenos de detalles. Este efecto es especialmente intenso si, como a mí, te gusta hacer fotos de cerca. En este sentido, el 24 mm abre todo un abanico de posibilidades, ya que la distancia mínima al objeto me permite acercarme al sujeto.
Me gusta hacer fotos con objetivos de focal fija porque me obligan a concentrarme en un ángulo de visión concreto, lo que tiene un efecto muy positivo en las imágenes resultantes. Cuando utilizo el 24 mm F/2,8 en la cámara, mi mirada se adapta y mis ojos empiezan a ver básicamente el entorno con la misma distancia focal. Mi interacción con el sujeto se vuelve más intensa. Además, puedo trabajar de forma más rápida, eficaz y consciente.
Esta foto callejera es un ejemplo típico de ello. La hice mientras paseaba por el famoso Museo Guggenheim de Bilbao. Vi a la limpiadora en la piscina y, al mismo tiempo, la niebla salía de la instalación artística del puente de La Salve. Me apresuré a alcanzar a las dos personas que tenía delante e hice una serie de fotos para captar el momento justo.
Dependiendo de la situación, también suelo disparar con objetivos zoom. Me gusta el concepto de Tamron de equipar todos los objetivos para cámaras sin espejo de fotograma completo con el mismo tamaño de filtro. Dado que todos los modelos tienen un diámetro de filtro de 67 mm, basta con un único juego de filtros. Esto también garantiza menos peso y más espacio en la bolsa de fotografía cuando me desplazo con todo el equipo.